miércoles, 30 de noviembre de 2011

Entrevista en la Revista Romántica´s




ENTREVISTA A LAURA MERCE & COMPANY.

Estaba deseando conocer a Laura Mercé, la autora de El enigma del bosque. Desde que cogí la novela y comencé a leerla, me atrapó desde la primera hoja. Me dejé arrastrar por un increíble torbellino de sensaciones perceptivas que me sorprendieron gratamente. Y todo al sumergirme en la historia de Almudena y Pablo.
Mis compañeras estaban ansiosas por saber más de Laura y de sus proyectos y me animaron (casi con desesperación) en ir a buscarla. Desde luego el avión no fue el medio de transporte para trasladarme a Barcelona, donde ella reside ahora mismo. El tren sería la mejor solución, deduje en el momento que hablé con la autora por teléfono.
Llegué a la estación de tren de Barcelona Sant, sobre las cinco de la tarde. Laura me esperaba, como un clavo, allí mismo.
            —AMc: ¡Hola Laura! ¡Qué alegría de conocerte!
            —Laura: ¡Hola Ariadna, que ilusión! ¡Para mí también es una alegría y un placer conocerte en persona!
            —AMc: ¿Llevas mucho tiempo esperando? Parece que el tren se ha retrasado unos minutos.
            —Laura: Si, la verdad es que no sé si era la emoción de tu llegada que me pareció que el tren nunca llegaba. 
            —AMc: Estaba ansiosa por conocerte y sobre todo por llegar a Barcelona. ¿Sabes? Es la primera vez que visito la ciudad.
            —Laura: ¿De verdad? Te adelanto que es una ciudad preciosa, con lugares desconocidos e inquietantes tal como a ti y a mí nos gusta.
Ambas estuvimos charlando animadamente durante una hora. El tiempo se nos pasó enseguida. Laura me llevó al aparcamiento y cogimos su coche, dirigiéndonos hacia el lugar donde tendríamos esa esperada velada con los protagonistas de su novela.
            —AMc: Bueno, cielo, mientras que conduces, me encantaría preguntarte por la bonita historia de Almudena y Pablo. Cuéntame cómo y porqué se te pasó por la mente escribir El enigma del bosque.
            —Laura: Ah, este si es un tema desconcertante para mí, por lo que a veces no se qué responder. El argumento lo tenía en la cabeza hacía ya muchos años; desde que tengo uso de razón  me interesó el tema de la reencarnación, quizás por haber tenido, durante mi niñez y parte de mi pubertad, algunas extrañas vivencias que me dejaron, hasta ahora,  extraviada entre la realidad y lo oculto, pero sin llegar a entender nunca nada. 
            —AMc: Cuando abrí la primera página de la novela lo primero que me encontré fue una nota tuya. Al leerla me quedé absorta y sorprendida. ¿Por qué mencionas esa nota? ¿Realmente hay similitud entre la protagonista y la autora?
             —Laura: Tampoco sé por qué comencé la novela con esa nota como dando la impresión de que en realidad era yo la que había vivido esa fascinante historia. Tal vez tenga que ver el hecho de haberla escrito de noche, en medio de constantes  duermevelas en las que me despertaba repleta de innumerables acontecimientos relacionados con el tema de las reencarnaciones, y sin darme cuenta casi acabé creyéndome la protagonista.
            AMc: ¿Cómo te has documentado, tan bien, a cerca de Granada y sus costumbres? Creo que he oído que nunca has visitado la ciudad, ¿verdad?
            Laura: Esa es otra incógnita; ¿Por qué se me dio ambientar una novela en una ciudad a la que jamás había puesto un pie? La única respuesta que tengo es que estaba en mi cabeza y no hubo manera de quitármela. Las dos novelas que tengo terminadas son ambientadas en Andalucía.      
            AMc: Si te preguntara por la vida de Almudena cuando aún era una adolescente, ¿qué me podrías decir? ¿Fue una etapa crucial o decisiva en su vida?
            Laura: Claro que para ella fue una etapa crucial en su vida; quedarse sola y desamparada a tan temprana edad es terrible; sumado a sus constantes pesadillas de niña, a los sueños eróticos de su adolescencia  –haciendo el papel de amante de un hombre casado- todos esos acontecimientos fueron decisivos en su vida, lo que aumento sus ansias de intentar desentrañar el misterio de “los amantes del bosque” de la manera que fuera. 
            AMc: Cuanto tiempo te ha llevado crear y acabar la novela, Laura.
            Laura: Comparando con la primera de mis novelas (que aun la estoy arreglando) en la que tardé más de quince años en escribirla, está novela la acabé enseguida, en  tres años la tuve lista, claro que cuando la acabé tenía más de 500 páginas.   
            AMc: ¿Por qué el suspense romántico? ¿Es un subgénero en el que te desenvuelves mejor?
            Laura: Aunque me encanta el suspense y el romanticismo, me he atrevido también con las novelas del género épico y drama.
            Sin darnos cuenta llegamos a casa de Laura. La autora me           invitó felizmente a que entrara. El hogar de Laura me pareció tan cálido como su propio carácter. Me senté en un confortable sillón de piel cerca de la chimenea. Como siempre, me recreé en todo lo que me rodeaba. Parecía una curiosilla, ojeándolo todo con detenimiento, pero nunca me ha sido imposible desviar mis ojos de algo que me gusta tanto: la  espléndida decoración. El mobiliario que albergaba el salón podría ser del siglo XIX. Y eso ¡me encanta!
            AMc: Laura, tienes un gusto exquisito. Los muebles son preciosos, parecen sacados de una casona  del S. XIX.
            Laura: Me alegro que te guste. Aquí me siento más en concordancia conmigo  misma. Mis hijos dicen que son un poco lúgubres, pero yo disfruto mucho con este ambiente.
            AMc: Si te soy sincera, creo que estoy visitando la casa de Almudena...
            Laura: ¿De verdad lo dices? Si te digo la verdad, a mí también, muchas veces, me da esa impresión…  
            Noté a Laura un poquito nerviosa. No me gusta ver a mis entrevistadas de esa manera, sabiendo que yo estaba aún más que ella.  
            AMc: ¿Estás intranquila por lo que vamos a comenzar? No te preocupes, cielo, déjalo en mis manos (le comenté para que se relajara). Cuando acabemos ya me dirás que tal ha sido la experiencia. Te gustará...
            Laura: No puedo negar que estoy nerviosa, pero al mismo tiempo expectante por comenzar esta experiencia tan increíble que me has propuesto.
            AMc: Había pensado en otra posibilidad, pero creo que esta es la más adecuada.
            Laura: A mí también me lo parece.
            Abrí mi maletín y cogí uno de mis tesoros. Laura abrió los ojos al ver lo que saqué de él. Coloqué sobre la mesa, que había frente a mí, el soporte de MI TESORO.
            AMc: ¿Te gusta?
            Laura: Si. Y me imagino lo que es…
            AMc: Ya verás lo mágico que será...
            Desenvolví, con delicadeza, la gran bola de Cristal que me ayudaría a comunicarme con los protagonista de El enigma del bosque.         
            Laura: ¡Lo sabia! ¡Estaba segura de que era esto! ¡Ariadna… eres mágica!!!
            AMc: Cuando quieras comenzamos. Me gustaría que bajaras la intensidad de la luz, Laura. Ahora encenderé una vela (le comenté sacando una pequeña velita de té de mi bolso).
            El reflejo de la débil llama, la penumbra y el enigmático ambiente, nos transportó a una paz sosegada que ni yo misma lo creía. Laura estaba alucinada con todo. La vi observando, embobada, la bola de Cristal, y eso me gustó. La compenetración era esencial para canalizar energías positivas.
            AMc: Siéntate frente a mí y dame las dos manos.
            Laura: Las notaras que tiemblan; tengo que confesarte que tengo una sensación de sobrecogimiento dentro de mí…, es como si estuviera dentro de la novela…  
            AMc: Ahora, cierra los ojos y piensa en Almudena y Pablo (le comenté concentrándome y dejando mi mente en blanco).
            Laura: De acuerdo…
            AMc: Muy bien, ahora contempla la bola, deja tu cerebro que busque emociones de ambos personajes, sin dejar de mirar el cristal. Verás como sucede...
            Y entonces sucedió. Dentro del templado cristal comenzó a arremolinarse una neblina espesa y blancuzca que nos dejó aturdidas. Al momento, la neblina fue disipándose y dejando atrás una especie de humillo. Ese humo se movió rápidamente y dejó a la vista la increíble imagen de una pareja de enamorados.
            AMc: ¡Laura, son Almudena y Pablo! ¡¿Lo has visto?!
            Laura: ¡¡Si, son ellos!!, ¡los estoy mirando! ¡No puedo creerlo!
            AMc: Dios mío... qué bien los veo. ¡Mira! Nos están observando.
            Laura: Parece que ella… le está diciendo a él, algo de nosotras.
            AMc: Si, intentaremos comunicarnos con ellos, no te preocupes.
            La joven Almudena me miraba sonriendo. Pablo la tenía agarrada por la cintura e igualmente nos observaba con cierta incredulidad, por lo que sus ojos estaban viendo. Ambos miraban al cielo, y nosotros desde ese cielo ¡los podíamos ver!
            Almudena: Hola Laura; si… no te sorprendas tanto, se quién eres; gracias por contar mi historia. Me ha gustado mucho la manera tan elegante que has tenido en hablar de “los amantes del bosque”, de Pablo y de mí y de todas los demás personas de nuestra época y que, de una manera u otra, participaron en la historia que me tocó vivir.  
            Laura: No… se que decir. Estoy anonadada… me siento una privilegiada. Almudena, solo puedo decirte que para mí fue un honor relatar tu vida, darle forma a tu empeño por descubrir el misterio de tus sueños y pesadillas… me alegro que me hayas elegido para ser la mensajera de tu historia.
            AMc: Dios... ¿nos habías sentido? ¿En sueños, Almudena?
            Almudena: Si… sabia que un día u otro esto sucedería, por eso recurrí a ti. Sin que tú te dieras cuenta te elegí para que le hicieras el reportaje a Laura. Se que eres una mujer con percepciones... 
            La protagonista de la historia nos hablaba en voz alta mirándonos a través de  las nubes. Y yo me preguntaba... ¿Cómo diantres nos ve? Pero pronto mi cabeza me respondió con otra pregunta... ¿Y tú como demonios has hecho para hablar con ella a través de una Bola de Cristal?
            AMc: Encantada de conoceros, pareja. Sé que todo esto parece un sueño, un hechizo o incluso una especie de ilusión, sin embargo tengo que aprovechar el momento para haceros algunas preguntas. ¿Me dejáis hacérosla? Es para una revista del género romántico. El momento es especial para ello y tan mágico...
            Pablo: Por mí no hay problemas.
            Almudena: Por mi parte tampoco.
            Laura se limpió las lágrimas que caían por su rostro. Pero eran lágrimas de felicidad, de emoción por ver su sueño hecho realidad. Le apreté la mano para reconfortarla y le sonreí para que aprovechara aquel momento tan especial.
            Laura: Esto me parece algo tan irreal… pero no quiero salir del hechizo… por Dios que esto aun no acabe.
            Almudena: Quédate tranquila, aun no nos iremos…
            AMc: ¿Has encontrado al fin la paz y felicidad que necesitabas, Almudena?
            Almudena: Si. Pablo y yo somos muy felices en nuestro mundo. Hemos cumplido con nuestro ciclo de vida terrenal y ahora puede que estemos juntos para toda la eternidad…
            AMc: Cuando leí vuestra historia me quedé sorprendida, sobre todo por lo que ha tenido que pasar Almudena. Me gustaría preguntaros, Almudena... Cuando estabas preparada para comenzar una nueva vida, trabajando fuera del hogar de acogida, ¿pensabas que tus pesadillas tendrían un final o tal vez nunca acabarían?
            Almudena: Si. Aunque a veces dudaba, dentro de mí estaba segura de que llegaría un día en que todo se resolvería; y que el misterio de los amantes del bosque, saldría a la luz.
            Pablo la abraza por detrás y le da un pequeño beso en la nuca. No puede separarse de ella...
            AMc: Los ojos que siempre os observaban en sueños, perversos y endiablados, acusadores y viles, como la autora lo describe en la historia, ¿fueron los que os indujeron a desenmascarar de una vez vuestras pesadillas?           
            Almudena: Cuando comencé a soñarlos, a pesar del miedo que experimentaba, no tenía idea a quien pertenecían… hasta que la conocí.
            Pablo: Mi tía Lucrecia era un demonio sobre la tierra.
            AMc: En el momento que llegaste a la mansión de la señora Marquesa, ¿qué impresión tuviste?  
            Almudena: Ahí fue que, al ver los ojos de doña Lucrecia, tuve una impresión  sobrecogedora: eran los ojos de mis pesadillas.  
            AMc: Lo comprendo. Pablo se lo advirtió usted para que fuera preparada...
            Pablo: Si, le advertí que tuviera cuidado, pero nunca pensé en lo que sucedería luego. Fue algo increíble… 
            AMc: Conforme iba leyendo la historia, Laura nos introdujo cada vez más en vuestros sentimientos. Iba naciendo algo especial, un amor de los que ya no hay; una amistad con grandes expectativas de noviazgo. ¿Me podéis explicar si fue un flechazo a primera vista o quizás fue obra del destino?
            Pablo: Apenas la vi, sentada en aquel tren… en aquella mágica tarde, me enamoré de ella. Puedo decir que los flechazos existen. 
            Almudena: Yo también sentí lo mismo; fue un amor a primera vista, eso no puedo negarlo.
             AMc: Pablo, soy muy fisgona en los temas románticos, pero mis compañeras de la revista ansían que os pregunte... ¿Os quemaba por dentro saber que Almudena tenía que lidiar diariamente con la señora Marquesa, vuestra tía?
                Pablo: Si, no podía soportarlo, sobre todo los últimos tiempos.
            Su esposa lo contempla con ojos llorosos de emoción...
            Laura: Pero Pablo no sospechaba de lo que su tía era capaz de hacer
            AMc: Sé que erais agnóstico referente al tema de la brujería, espiritismo y reencarnaciones. Ahora que Almudena consiguió desenmascarar el problema que subsistía en su interior desde que tenía razón. ¿Vuestra opinión ha cambiado al respecto?
            Pablo: Rotundamente. Fui un necio en negar esa posibilidad y no entender, desde un comienzo, que siempre hay que dejar una puerta abierta ante lo inimaginable, ni tampoco no darme cuenta de lo que Almudena estaba pasando.
            Almudena: En el momento en que Pablo, ante las evidencias, al fin me creyó… mi vida dio un giro muy positivo.
            AMc: ¿Qué sentisteis, Pablo, al descubrir quién fue el asesino de vuestro tío y su amante?
            Pablo: Una sensación espeluznante; algo imposible de explicar…
            Almudena se echa a temblar, pero de momento él la vuelve a arropar con sus poderosos brazos.
            AMc: Ha llegado el momento de la despedida. La visión a través de este método me quema muchas energías y debo terminarla. Quiero agradeceros el increíble y mágico momento que nos habéis hecho pasar. Laura está intentando asimilar el estado en el que se encuentra. Porque realmente es alucinante... Y antes de deciros adiós, quisiera que me dediquéis unas palabras de amor que nos hagan recordaros para siempre.
            Pablo: De acuerdo, eso es algo que se me da muy bien hacer (miró a su esposa y, con su característica mirada taimada, recitó): “Dos rojas lenguas de fuego, que a un mismo tronco enlazadas se aproximan y, al besarse, forman una sola llama. Dos ideas que a la par brotan; dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden; eso son nuestras dos almas”
            Almudena: Ya lo ven, ¿Cómo dejar de amar a un hombre así?
            AMc: Gracias y un gran beso.
            Laura: Gracias también por mi parte. Ha sido algo tan hermoso e impensable reencontrarme con  ambos que, aun no puedo reponerme de la impresión. Que vuestra felicidad y vuestro amor…  sea para toda la eternidad.





Laura, Mercé.

1 comentario:

  1. Hola Lauraa!
    Ya estoy por aquí!
    La entrevista está muy bien, a ver si consigo leer El enigma del bosque que estoy con la ansia! xD

    Besitooooooooooooooooooos

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